Es curiosa la tradición del juego de la Taza, único en la provincia (que sólo se juega en las fiestas del Santísimo Cristo de la Veracruz (Septiembre); un juego lucrativo en el que ocho bolas de cristal deciden la suerte del que las lanza o de los que hacen apuestas en función de que deje fuera del agujero de la taza (en el centro) un número par o impar de bolas.